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viernes, 4 de noviembre de 2011

Mozart vs. Mao Santa

Recuerdo vagamente (tenía 11 años) uno de esos días en los que el baloncesto se convierte en algo superlativo, en un deporte que amas, en algo sobre lo que puede girar la vida de muchas personas. Estaba en casa de mi madrina pasando la tarde con mi primo Alberto y en la tele de fondo se escuchaba a Ramón Trecet dando gritos como si no pudiera explicarse que era lo que estaba viendo en aquella pista de baloncesto.

Muchos de vosotros a estas alturas ya sabréis debido al título, el encuentro al que me estoy refiriendo. Es la final de la Recopa de Europa de 1989 que enfrentó al Real Madrid y al Snaidero de Caserta. Dos equipos históricos jugaban la final de una competición, una gran competición, no los absurdos en los que se han convertido las competiciones europeas ahora, en el que solamente la Liga Europea guarda cierto atractivo.

El encuentro lo disputarían dos equipazos, hablar de nombres es para quedarte sin respiración. Por el Madrid, Fernando Martín, Johny Rogers, Biriukov, Jou Llorente y por supuestísimo el más grande, el Mozart del baloncesto, Drazen Petrovic


Pero el Snaidero no se quedaba atrás, Nando Gentile, Sandro Dell'Angelo, Glouchkov (uno de los primeros valientes europeos que cruzó el charco para jugar en la NBA), un jovencísimo Vicenzo Esposito y el mayor anotador que he visto nunca en directo sobre una pista de baloncesto Oscar Schmidt Bezerra (tuve la suerte de verlo con el Forum Valladolid jugando en Ourense)


Con estos ingredientes, podías esperar un buen partido, pero creo que nadie se imaginaría lo que sucedió aquella tarde en el palacio de la Paz y la Amistad de Atenas. Un vendaval de baloncesto ofensivo lo inundaba todo. Por una canasta de Petro había una rápida respuesta en el lado contrario por parte de Oscar, o por parte de Gentile. Un espectáculo en toda regla, un espectáculo que no podía terminar, y así se llegó al final del partido con empate a 102. Empezó la prórroga y Drazen se vistió de Dios para llevar el título hacia Madrid. Llevaba 51 puntos cuando terminó el tiempo reglamentario, pero todavía le quedaban fuerzas para anotar 11 más en la prórroga y llegar hasta los 62 puntos finales con una serie de tiro apoteósica (14/16 t.1, 12/14 t.2 y 8/16 en triples). Mao Santa no se quedó atrás, anotó 44 puntos, ayudado por los 32 de Gentile pero no pudieron con el genio de Sibenik.

El resultado final fue 117 a 113 para el Real Madrid en un encuentro memorable.


Años después, encontré el partido vía internet, con una calidad de vídeo bastante mediocre pero me valió para ver la exhibición de estos dos equipos. Cuantas veces se lo habré puesto a mi amigo Diego en noches de botellón antes de salir de marcha??? Todavía, cuando lo vuelvo a ver (seguramente lo habré visto más de 10 veces) se me pone el pelo de punta . Petrovic, en una pista de baloncesto, es, para mi,  lo más grande que nuestro deporte nos ha podido dar nunca. Y aquella tarde en Atenas, nos dejó uno de los mejores partidos de la historia del baloncesto.



Namaste

2 comentarios:

  1. Hola! Soy Nacho, yo era uno de esos privilegiados que estaba en el campo, tenía 18 años y estaba de viaje de estudios.

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  2. Hola Nacho, muchas gracias por el comentario. Desde ya pasas a ser uno de mis ídolos. Creo que no tiene precio haber estado presente en uno de los mejores partidos de baloncesto de la historia. Seguro que será algo que no olvidarás en la vida. Mi devoción por Drazen es máxima, nunca habrá nadie igual en Europa

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