FERNANDO MARTIN

El sábado por la mañana mi amigo Pedro me echó la bronca por el contenido de mi blog. En un día tan especial para los baloncesteros me comentaba que debería haber dedicado mi entrada diaria a uno de los pioneros de nuestro basket. Y es que, el sábado, se cumplieron 22 años de la muerte de Fernando Martín, un mito del baloncesto español.

La verdad, es que no recuerdo mucho de este jugador. No tengo grabados en mi memoria partidos increíbles ni gestas heroicas, sobre todo porque cuando falleció yo contaba con 11 años solamente. Si, me vienen a la cabeza las historias que se hablaban sobre lo que él significaba. Porque la dimensión de Fernando Martín, viene marcada por ese periplo de tan solo un año en la NBA. No tengo el dato de cuantos europeos jugaban en la liga americana por aquellas fechas pero estoy seguro de que serían pocos, no llegarían ni a cinco seguramente y con unos roles en sus equipos ciertamente secundarios. Por eso fue tan importante lo que hizo, porque dio un salto al infinito. Dejó un Real Madrid que dominaba en España con su mera presencia y emprendió un viaje a la desconocido . Un viaje que no salió bien porque nadie estaba dispuesto a darle una oportunidad. Un blanqucho nacido en España (donde estará eso??? al lado de Mexico????)  y más bien bajo, para jugar de pívot estaba claro que lo iba a pasar mal y así fue. Nadie apostó por su fortaleza y decidió regresar a España.

Jugaría dos temporadas más en España antes de su trágico accidente pero le pillaría en uno de esos momentos en que el Barcelona estaba en lo más alto, disfrutando de una gran generación y eso le impidió que su cuenta de títulos creciera acorde con su calidad. Pero gracias a esa gran generación del Barcelona que sumó a su nómina de estrellas a un tal Audie Norris se pudieron ver unos duelos que a día de hoy todavía se recuerdan. El que en aquel momento era el mejor pívot de nuestra historia contra el que seguramente fuera el extranjero más determinante que había pasado nunca por España. Sin duda, duelos épicos, que ya forman parte de la leyenda de la liga ACB.

Todavía le dio tiempo a Martín de ganar dos títulos más: la Copa del Rey y la Recopa de Europa del año 1989. Pero aquel ya no era su equipo, era el equipo de Petrovic y aunque consiguieron esos dos grandes e importantes títulos se les escapó la liga ante el más completo Barcelona (Solozabal, Epi, Norris y Jiménez eran mucha tela). Además, de sobra fueron conocidas sus desavenencias, dos gallos para el mismo corral. Porque Fernando Martín era un líder, un jugador que deseaba ser importante en el desarrollo del juego y cuando tienes en tu equipo a un Petrovic en estado de gracia eso se convierte en una misión complicada. Como os decía, tengo pocos recuerdos de aquel tiempo, pero he visto esa final de la Recopa diez o quince veces e imagino que todos los partidos del Madrid tendrían un guión parecido, un Petrovic en momento dulce haciendo lo que le diera la gana y un Martín desesperado por sus pocas opciones de ataque.

Y cuando recuperaba el mando de su Madrid, en la temporada en la que Petrovic vería cuan difícil es ser un europeo en la NBA, (precisamente en Portland, donde había jugado Martín), un accidente, al incorporarse a la M-30, nos dejaba sin el jugador y al mismo tiempo nacía el mito más grande de nuestro baloncesto. Os dejo con unas palabras de Fernando en las que demuestra sus ansias de triunfar, su ambición y sus ganas de seguir aprendiendo. 

Fernando, siempre te recordaremos

Namaste