Jornaleros con premio. Eurobasket de 1999

Hoy le rendiré homenaje a la selección de baloncesto que brillantemente ganó la medalla de plata en el Campeonato de Europa celebrado en Francia en el año 1999. Quien nos iba a decir que aquella medalla significaría la primera de las siete semifinales consecutivas que lleva hasta ahora mismo la selección española. En aquel tiempo tenía 21 años y disfruté en Ourense de casi todos los partidos con mi amigo Pepe. Que bonito era disfrutar de algo con lo que no contabas, que bonito fue aquel Europeo cuando nadie daba un duro por España.

Lo primero que me gustaría recordar es a los doce hombres que consiguieron tal hazaña, porque así es como la considero, una hazaña dado los estupendos equipos que había en ese Europeo. Los doce héroes fueron: Alberto Angulo, Nacho Rodilla, Iván Corrales, Nacho Romero, Nacho Rodríguez, Carlos Jiménez, Rodrigo de la Fuente, Alberto Herreros, Roger Esteller, Nacho de Miguel, Alfonso Reyes y Roberto Dueñas. Todos ellos dirigidos por Lolo Sainz que tenía como ayudante a Javier Imbroda.

España quedó encuadrada en el grupo B, con Rusia, Eslovenia y Hungría. A priori todo parecía sencillo porque se metían los tres primeros así que con ganarle a la débil Hungría estaríamos dentro, cosa que hicimos en el primer partido. Todo listo para encarar los partidos siguientes con algo de tranquilidad y lo que nadie contaba, se pierde en el segundo encuentro contra Eslovenia en un partidazo de un jovencísimo Matjaz Somdis (20 años) que nos anota 27 puntos y que hace inútiles los 29 de Herreros. España se rehace y en la última jornada del grupo le gana de tres puntos a una potente Rusia gracias de nuevo a los 20 puntos de Alberto Herreros. En este momento ya Lolo tenía claro su quinteto tipo (Rodríguez, Herreros, Jiménez, Reyes y Dueñas) con buenos minutos de rotación para Rodrigo de la Fuente y Nacho de Miguel

España pasaba con dos victorias a otro grupo en el que se unían Yugoslavia, Francia e Israel. El primer partido de ese segundo grupo nos enfrentaba contra el anfitrión Francia y.... nos pasaron por encima. En una segunda parte para olvidar en la que España sólo mete 25 puntos una Francia dirigida con mano maestra por el gran Antoine Rigaudeau (21 puntos) nos doblega fácilmente. Sin tiempo para lamernos las heridas, al día siguiente tocaba Yugoslavia, una de las grandes favoritas a ganar el Europeo con un equipo de escándalo (Divac, Bodiroga, Danilovic, Stojakovic, Tomasevic... y dirigidos por Zeljko Obradovic) y que ayudados de nuevo por una segunda parte muy mala de España ganan con cierta facilidad por 77-63. En estos momentos España estaba casi eliminada y sólo una carambola en la última jornada nos permitiría el pase a cuartos. Había que ganar a Israel y esperar a que Francia le ganara a Eslovenia. El primer paso fue sencillo, se ganó con cierta comodidad a Israel pero la segunda variable pintaba francamente mal, Eslovenia ganaba por 10 puntos al descanso pero en una espectacular remontada en la segunda parte Francia se hacía con el partido y nos daba la clasificación para cuartos de final.

Llegaban los cuartos de final. Los fatídicos cuartos, esa losa española en todas las categorías del deporte y al haber quedado cuartos de grupo tenemos en frente un coco, la Lituania de Sabonis, Karnisovas y un jovencísimo Jasikevicius. Estaban jugando un baloncesto estupendo y lejos quedaba ya su única derrota en el Europeo, en la primera jornada ante la República Checa de un imberbe Lubos Barton que les clavó 24 puntazos. España no tenía nada que perder y le salió un partido redondo. No dejó realizar su juego habitual a los lituanos y con un Alberto Herreros en estado de gracia (28 puntos en 32 minutos) se llevó el partido por sólamente dos puntos. Recuerdo perfectamente este día y lo que disfruté con la victoria. Como comentaba antes, ganar cuando no lo esperas sabe mucho mejor. Ver al gran Sabonis con esa cara de frustración era algo único

Otro pasito más y estaríamos en la gran final, pero el obstáculo era duro, la anfitriona, la Francia de Rigaudeau. Ese equipo que con su victoria nos había permitido llegar hasta ahí ahora nos mediría nuestro verdadero valor. Pero España de nuevo se creció y pudo con el enemigo y de nuevo fue Herreros el que guió el camino con otros 29 puntos. Francia jugó su peor partido en el peor momento y España lo aprovechó, olió la sangre del enemigo y lo cazó en un partido que se acabaría llevando por 63-70. Lo impensable había sucedido, esta selección por la que nadie daba un duro se había metido en la gran final dejando fuera al anfitrión.

Y en la final nos esperaba otra gran sorpresa. La Italia de Fucka y Myers se había cargado en semis a la todopoderosa Yugoslavia y por méritos propios se había plantado en la gran final. Una final en la que desde el principio no nos dieron opción y que dominaron de principio a fin. No eran grandes diferencias pero tenías esa sensación de que era imposible ganar el partido, que no había manera de pillarlos y remontar, y así fue. Además uno de los peores de días de Herreros, la gran referencia de este equipo, que sólo aportó 10 puntos hizo de la labor de ganar el partido un milagro. Con unos guarismos paupérrimos Italia se proclamaba campeona de Europa por 64 a 56. Sin duda un merecido campeón que nos dejaba con la miel en los labios

Pero lo logrado por España fue muy importante. Un equipo, un verdadero equipo sin ninguna estrella, salvo Herreros (que logró ser el máximo anotador del campeonato). Todos los demás eran jugadores que ayudaban en sus respectivos clubes pero sin ser las primeras referencias, jornaleros del basket, tipos como Corrales o Romero que consiguieron sin duda el mayor logro de su carrera deportiva. Carlos Jiménez, ha tenido después una enorme carrera como jugador de la selección, participando activamente en la consecución de los grandes títulos de España. Y todo esto en un Europeo de primer nivel, con jugadores espectaculares. Ya os hablé de Francia, de Lituania, de Italia, de Yugoslavia de Eslovenia pero en Croacia jugaban Kukoc y Giricek, en Alemania Okulaja y un joven Nowitzki, en Macedonia el gran Naumoski, en Grecia el gigantón Tsakalidis y Kakiouzis, en Rusia Karasev y Babkov, en Turquía Kutluay y Turkcan........ en definitiva, un europeo de primer nivel en el que este equipo de currantes consiguió un muy meritorio subcampeonato. Lo que me hicieron disfrutar fue mucho, estoy muy orgulloso de este gran equipo.

Namaste