TIM DUNCAN

Hace unos días terminó la participación en la temporada del gran Tim Duncan, futuro Hall of Fame, uno de los mejores jugadores de la historia y para mi sin dudarlo el mejor power forward que ha pisado nunca una pista de baloncesto.

El bueno de Tim anda ya por los 36 años así que está dando sus últimos coletazos pero como siempre, debido a su gran profesionalidad, cada partido que juega es una auténtica exhibición de saber estar en una pista de baloncesto.

Duncan fue escogido el número 1 del draft del año 1997 y la historia de los San Antonio Spurs cambió para siempre. Al igual que cuando escogieron a David Robinson que pasaron de ser un equipo perdedor a uno que conseguía con facilidad las cincuenta victorias, en el momento en que Duncan llega al grupo, pasan a ser un candidato claro al anillo. Los Spurs ya eran un buen equipo, pero la lesión del Almirante durante casi todo el curso les hizo estar en una posición perfecta para obtener un buen número en la lotería del draft y pasó lo que no esperaban, el número uno les sonrió y el jugador de Wake Forest, el mejor jugador universitario del país jugaría en su equipo, formando desde el primer momento las temidas Torres Gemelas al lado del gran David Robinson.

Su impacto en la liga fue inmediato. 21 puntos y 12 rebotes de media durante los 82 partidos de la liga regular. Rookie del año, consiguiendo el título de rookie del mes en cada uno de los meses de la temporada, elegido para el All Star y lo más importante, su equipo pasa de ganar 20 partidos en toda la temporada anterior y  consigue la clasificación para el playoff en esta.

En la temporada siguiente, un año marcado por el lockout en el que solo se disputaron 50 partidos sus prestaciones fueron prácticamente iguales, pero ya instalado en la cima de la NBA consiguió el primero de sus campeonatos. Al lado de Robinson formaron una pareja interior como no se había visto desde los mejores tiempos de Olajuwon y Sampson. Dominaban ambas zonas a su antojo y con unos exteriores de lo más normal de la liga consiguieron un título por aplastamiento ya que solo concedieron en todos los playoffs dos derrotas.

Después de aquel año su dominio fue creciendo y se consumó en dos títulos de MVP de la liga regular conseguidos en los años 2002 y 2003. Además en este 2003 conseguía su segundo anillo de campeón coincidiendo con el último año en activo de Robinson con lo que se disolvía una de las sociedades más importantes de la competición en los últimos años.

Pero eso no significó el descenso en el juego de Tim. Apoyado ahora por otro tipo de jugadores, mucho más exteriores, como Ginobili o Parker, conseguiría dos títulos más de campeón. 

Nueve veces en el primer equipo de la NBA, tres veces MVP de las finales, trece veces All Star, ocho veces en el mejor equipo defensivo del año........ e infinidad de reconocimientos más para este crack nacido en las Islas Vírgenes. Bendito huracán que acabó con la piscina en la que entrenaba Tim para ser nadador. Se negó a seguir entrenando en el mar por miedo a los tiburones y eso que ganó para siempre, el mundo de la canasta, ya que desde aquel día decidió que seguiría practicando deporte pero ya ligado para siempre al basket.

Con 36 años pocos bailes le quedan, pocos tiros milimétricos contra el tablero marca de la casa, pocos ganchos y pocos tapones, pero nunca olvidaremos a Tim Siglo XXI Duncan, el jugador del futuro, el jugador que dominó como pocos la competición en estos últimos años. Puede ser que en esta última final de conferencia hayamos visto el último y definitivo traspaso de poderes. Tim le ha cedido el testigo para siempre a Kevin Durant.

Os dejo con Tim, con uno de los grandes, con uno de los más grandes.

Namaste